miércoles, 27 de abril de 2011

Lunas, estrellas, planetas y soles

La luna siempre ha tenido un gesto hipnótico para mi. Verla en cada llena siempre es un espectáculo, como lo es cuando está delgadita y baja en el horizonte. La uña de Dios.
Desde chico me gustó ver al cielo. Recuerdo como en las tardes buscaba en el limpio cielo azul el primer lucero de la tarde. Nada importaba más que encontrar aquel diminuto punto brillante en rumbo del poniente. Que si era un planeta o una gran estrella, no lo sabía bien, pero estaba seguro de que era el primer reflejo de la noche, siempre tras un cielo colorido, en un momento cuando los tonos de colores van del azul profundo hasta el suave rosa que da paso a un encendido cielo estrellado.
Tras el primer lucero la llegada del segundo, el tercero, el cuarto... se vuelve un juego, en especial cuando se está solo y la única compañía es el viento, ese suave murmullo que se cuela entre las hojas secas.
Han pasado varios años y la vieja costumbre de mirar al cielo sigue. La difusión de eventos astronómicos hace más interesante elevar la vista. Equinoccios, lluvias de estrellas, conjunciones planetarias hacen que clavar la mirada en el infinito tenga más sentido.
A continuación les comparto algunas de las fotos que he tomado en esos momentos de observación. Sin duda el cielo nos trae gratas sorpresas que pasan sobre nuestras cabezas y que a veces no nos detenemos a ver. Gracias a Dios por esos bonitos regalos y por aquellas personas que más nos inspiran.

Web recomendada: www.astro.org.sv














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