viernes, 31 de diciembre de 2010

Bajo el signo de los Inocentes

Las manzanas lucen más tentadoras que nunca. El caramelo rojizo que las cubre las hace ver más suaves y jugosas. Una voz trata de aumentar la seducción: "¡Compre una manzana!", la frase resuena, viene de uno de los vendedores de un puesto de feria, de echo de la última del año en el área metropolitana de San Salvador. Es la fiesta de los Santos Niños Inocentes.

Nadie pasa de largo. Es la víspera del festivo (27 de diciembre) y en la calle principal -cada vez más concurrida- muchos detienen su mirada en las frutas. La tentación es grande y la oferta también. Las manzanas no son el único bocadillo a la vista.

Hace frío. A un par de pasos del puesto de manzanas está el de ponche, una hilera de botellas de licor (incluidos tequilas, rones, vodkas y aguardientes populares -el piquete-) están en el estante improvisado. La bebida humeante se prepara en una  gran olla de barro que se calienta al calor de un fogón.

Los brazos de una mujer baten la mezcla y el aroma a canela es lo primero que brota con el vapor. En el parque todo es feria, los dulces suben en variedad y las frituras chirrean en los enormes sartenes en los que se tornan dorados y manos ágiles las envuelven al paso de cada vez más visitantes, curiosos y peregrinos que han llegado a la fiesta religiosa.

Es la víspera del Día y las calles están atestadas. La vida en el pueblo en diciembre no es la misma, todo ocurre bajo el signo de los inocentes, los niños que murieron una noche por orden de Herodes en la lejana Belén. El recuerdo está presente pero aquí el aire es festivo.

El murmullo de los puestos de venta y la música de los juegos mecánicos se rompe cada cierto tiempo con el vuelo de un cohete de vara y sus dos estallidos. No faltan los niños que llevan sus manos a sus oídos... los "viejos" (sátiros disfrazados)  hacen de las suyas entre el público que independientemente de donde venga termina su camino en la pequeña iglesia.

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Dentro del templo la atmósfera es diferente. En la esquina una señora con mantilla en su cabeza reza mientras lleva las cuentas de su Rosario. Al fondo, en el altar principal de la iglesia dos pasajes bíblicos: el nacimiento de Jesús y una interpretación del relato de Mateo sobre la persecución de infantes ordenada por el rey Herodes (con la que buscaba matar al niño Jesús).

A la izquierda una pequeña habitación llama la atención, en su interior hay decenas de niños de madera y barro. Son los inocentes mártires.

La tradición local ha pasado de generación en generación y muchos de los niños son antiguos y sobresalen junto a los niños dioses que se han ido sumando con el tiempo y que mañana (28 de diciembre) recorrerán la calle principal de Antiguo en sus andas o en pequeños moisés, en los que sus protectores (familias completas) los llevarán al templo católico.

Delia me explica que no todos los niños son iguales: -Ahora hay muchos niños dioses (las figuras hechas para adornar los nacimientos). Fíjese bien, no todos tienen la marca.

La marca a la que se refiere es una cortadura en el cuello, una diminuta cinta de sangre que recuerda el relato de Mateo sobre la degolladura de los infantes en la locura por acabar con el niño Dios. Ese signo lo tienen solo los más antiguos (algunos quizá de un siglo) como Rubén, Antonio, Alberto y José Enrique. Pese a que no todos lo tienen el fin es el mismo: dar gracias por un milagro recibido.

Con el tiempo la cultura popular ha modificado la tradición y si bien las andas adornadas con flores hay nuevas que muestran a los niños en facetas distintas. Hay niños chefs, meseros, motociclistas, choferes, futbolistas... roles con los que los fieles identifican a sus peticiones de estudio, negocio, trabajo y una larga lista de logros.

Así cierra el área metropilitana de San Salvador el año, con una fiesta que atrae a miles, donde las tradiciones reviven un año más y despiertan la nostalgia de los adultos, en especial de aquellos que conocieron de la tradición tomando la mano de un padre o un abuelo y que ahora regresan a ver lo que ocurre bajo el signo de los inocentes.

Dedicado a la Pepita de Oro.

¡Feliz 2011 para todos!

Más información de Antiguo Cuscatlán:
http://es.wikipedia.org/wiki/Antiguo_Cuscatl%C3%A1n
http://www.seguridad.gob.sv/observatorio/Iniciativas%20Locales/WEB/La%20Libertad/antguocuscatlan.htm

Un poco de historia sobre los Santos Inocentes:
http://www.esmas.com/ninos/tareas/historia/subtemas/318615.html

La devoción por los Santos Niños Inocentes (por monseñor Romero):
http://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/A/771228.htm


La manzanas de feria cuestan $1.00. 
La luna decembrina sobre la iglesia de Antiguo Cuscatlán.
Las artesanías. Esta vez olvidé comprar mi pulsera.
El altar principal tiene dos pasajes bíblicos. A los lados
hay otros como la anunciación y la epifanía.